No cabe duda de que la valla fronteriza construida con fondos privados sobre la ribera del Río Bravo se va a derrumbar. La cuestión es cuándo. Ésa es la conclusión de un nuevo informe técnico sobre el proyecto presentado ante un tribunal federal la semana pasada.
El informe es uno de dos estudios nuevos que se presentaron ante un tribunal federal la semana pasada, en los que se descubrieron múltiples deficiencias en la valla fronteriza de 3 millas que construyó este año Fisher Sand and Gravel, una empresa con sede en Dakota del Norte. Los informes confirman los reportajes anteriores de ProPublica y The Texas Tribune, en los que se informó que se podrían desplomar ciertas partes de la estructura debido a la erosión extensa si no se reparaban o recibían el mantenimiento adecuado. Fisher descartó las inquietudes como problemas que eran de esperarse al finalizar un proyecto de construcción de ese tipo.
Los donativos que financiaron parte de la valla fronteriza son el enfoque de una acusación en contra de los miembros de We Build the Wall (Nosotros Construimos el Muro), una organización sin fines de lucro que recaudó más de $25 millones para ayudar al presidente Donald Trump a construir un muro en la frontera.
Steve Bannon, quien fuera estratega principal de Trump, junto con Brian Kolfage, fundador de We Build the Wall, y otras dos personas conectadas con la organización, fueron acusados de desviar los donativos recibidos para liquidar adeudos personales y financiar estilos de vida lujosos. Los cuatro, que enfrentan hasta 20 años de prisión por cada uno de los dos cargos impuestos, se declararon inocentes, y Bannon lo calificó como un complot para frenar la construcción del muro fronterizo.
We Build the Wall, cuyo consejo directivo incluye partidarios de línea dura antiinmigrante como Bannon, Kris Kobach y Tom Tancredo, aportó $1.5 millones del costo de $42 millones al proyecto privado de la valla fronteriza al sur de Mission, Texas.
El año pasado, esta organización sin fines de lucro también contrató a Fisher para que construyera un segmento de valla de media milla en Sunland Park, Nuevo México, en las afueras de El Paso.
Tommy Fisher, presidente de la empresa e invitado frecuente en el noticiero Fox News, dijo que su valla en el Río Bravo era el “Lamborghini” de los muros fronterizos, y presumió que los métodos de su empresa ayudarían a Trump a lograr su objetivo de construir 500 millas de barreras nuevas a lo largo de la frontera antes del día de las elecciones.
Sin embargo, uno de los ingenieros que revisó ambos informes de parte de ProPublica y The Texas Tribune, comparó la valla de Fischer con un Toyota Yaris usado.
“Parece que están haciendo recortes en todas partes”, dijo Alex Mayer, profesor de ingeniería civil de la Universidad de Texas en El Paso. “No es un Lamborghini, es un auto usado de $500”.
Desde que las empresas de Fischer comenzaron a construir la valla del Río Bravo, la administración de Trump les ha otorgado unos $2 mil millones en contratos federales para construir segmentos del muro fronterizo en otros lugares.
Fisher aceptó la inspección como parte de las demandas judiciales que están en curso en contra de Fisher Sand and Gravel, y que fueron presentadas el año pasado por el Centro Nacional de las Mariposas (National Butterfly Center) y la Comisión Internacional de Límites y Aguas (International Boundary and Water Commission, IBWC). Ambos trataron de convencer a un juez federal para que detuviera la construcción del proyecto hasta que se pudieran determinar los impactos que tendría el muro en el Río Bravo, sin embargo no tuvieron éxito.
Mark Tompkins, un ingeniero ambiental contratado por el refugio de fauna silvestre, indicó en su informe que las grietas y la extensa erosión ocurrieron después de varios eventos de lluvias fuertes, como el huracán Hanna en julio, pero que la valla aún no había pasado por una inundación del Río Bravo.
“La valla privada de bolardos de Fisher Industries se derrumbará durante eventos extremos de alto flujo”, concluyó Tompkins, quien se especializa en la administración de recursos pluviales.
“Cuando los eventos de flujo extremo, repletos de sedimento y escombros, socaven completamente los cimientos de la valla y produzcan espacios por debajo por donde fluya el agua, o provoquen el derrumbamiento de un segmento de valla hacia el río, ocurrirán eventos hidráulicos impredecibles y dañinos”, añadió el ingeniero en una declaración jurada que se presentó ante el tribunal.
La valla enfrentará una batalla interminable contra la erosión, según los expertos, dada su cercanía al agua y debido al material arenoso y sedimentoso de la ribera del río. En el Valle del Río Bravo, el gobierno federal por lo general construye el muro varias millas tierra adentro y encima de diques existentes, debido en parte a las inquietudes relacionadas con la erosión.
Un segundo informe, basado en una inspección geotécnica y estructural llevada a cabo por Millennium Engineers Group de Pharr, Texas —también contratados por el Centro Nacional de las Mariposas— mostró que la valla se encuentra estable por ahora, pero que enfrenta una gama de problemas. Estos incluyen la erosión del suelo en la ribera del río, ya que en algunas partes hay grietas con espacios de tres pies de ancho y una altura hasta la cintura, grietas en el concreto, errores de construcción, y lo que la firma concluyó que es material de construcción de baja calidad que se utilizó debajo de los cimientos de la valla.
Los ingenieros de Millennium recomendaron que se coloque una cubierta de arcilla para proteger la ribera contra la erosión, además de un monitoreo más minucioso del proyecto.
Concluyeron que: “comparada con la curva del río, la geografía de la ubicación del muro no es un lugar de construcción favorable para un desempeño a largo plazo”.
De acuerdo con una copia del plan de operaciones y mantenimiento, Fisher Sand and Gravel planea inspeccionar la valla en forma trimestral, así como revisarla después de que ocurran tormentas fuertes. Para reducir el problema de erosión, la empresa también dijo que sembraría pastos que ayudarían a mantener la ribera arenosa del río en su lugar, y que añadiría una capa de piedras. La capa de tierra nueva también será “tratada y llevará semilla” para llenarla de vegetación.
No obstante, Tompkins dijo que el plan de mantenimiento era “completamente inadecuado”, además de ser “un mecanismo peligroso y poco profesional para abordar el mantenimiento a largo plazo”.
La semana pasada, Fisher dijo que no podía comentar acerca de los informes porque no los había recibido. Sin embargo, añadió que su empresa había reparado toda la erosión, en parte al añadir un camino de 10 pies de ancho con superficie de piedras para que la Patrulla Fronteriza pueda circular con sus vehículos. Indicó también que los encargados de su construcción utilizaron piedras lo suficientemente grandes para que no se desplazaran fácilmente. Fisher calcula que el proyecto costará hasta $150,000.
“Al final de cuentas, si quieren seguridad en la frontera, tenemos que pensar fuera de lo normal”, dijo. “Me siento muy cómodo con lo que hemos hecho”.
En julio, Fisher participó en un podcast presentado por Bannon, quien dijo que Fisher era “una especie de mentor”, quien “realmente me enseñó cómo se debe construir un muro”.
Cuando se le preguntó acerca de las inquietudes de los ingenieros, las cuales Bannon dijo que eran parte de un “periodicazo”, Fisher comentó que eran “puros disparates”.
“Invito a cualquiera de esos ingenieros que dijeron que esto se caería, ahí los veo la semana próxima… Si no saben de lo que están hablando, probablemente no deberían hablar”, agregó. “Está funcionando increíblemente bien. Solo hay que hacer un poco de mantenimiento para la erosión”.
Sin embargo, los expertos dicen que las reparaciones que Fisher planea no son adecuadas.
“A mi parecer, es como ponerle un curita a una herida abierta”, dijo Adriana E. Martínez, profesora de la Universidad del Sur de Illinois en Edwardsville y geomorfóloga que revisó los informes a nombre de ProPublica y The Texas Tribune.
Los funcionarios de la Comisión Internacional de Límites han dicho que ellos también encontraron “erosión importante”, sin embargo, la portavoz Sally Spener dijo que ella no podía dar más detalles sobre el tema ni sobre los planes de mitigación, en virtud de la demanda que sigue pendiente. Este organismo binacional regula la construcción en la planicie de inundación entre México y Estados Unidos, ya que las estructuras pueden empeorar las inundaciones y alterar el curso del río, violando además los tratados internacionales sobre las aguas.
Algunos funcionarios de la sección mexicana de la comisión han expresado su inquietud de que el muro obstruya el flujo del río o que se derrumbe por la fuerza del agua, dijo Spener.
Trump trató de distanciarse de la valla privada después de que se publicaran los reportajes de ProPublica y el Tribune, diciendo que nunca había estado de acuerdo con este proyecto y que habían construido la valla para que él se viera mal. También volvió a distanciarse del proyecto y de We Build the Wall cuando se levantaron los cargos contra Bannon y los demás.
“No me gustó cuando leí al respecto”, comentó. “Era para presumir y quizás para buscar fondos. Pero tendremos que ver qué sucede”.
El pasado noviembre, varios representantes de We Build the Wall se reunieron con funcionarios de Aduanas y Protección Fronteriza (Customs and Border Protection, CBP) para hablar acerca de la donación del primer proyecto de muro fronterizo de la organización, un segmento de valla de media milla en Sunland Park, Nuevo México, en las afueras de El Paso. De acuerdo con un memorándum que obtuvo The Nation, CBP dijo que “había sido una reunión en general positiva”.
Aun así, la agencia federal identificó varias inquietudes dentro del proyecto de Sunland Park, entre otras la posibilidad de que se requiriera una evaluación medioambiental y el hecho de que Fisher Industries había exagerado la velocidad con la que podría terminarlo.
“Su desempeño en este proyecto pequeño muestra que podrían haber exagerado varias de sus declaraciones debido a su falta de experiencia con este tipo de trabajo”, de acuerdo al memorándum.
Fisher ha dicho que quiere donarle la valla del Río Bravo al gobierno federal, aunque no está claro si el gobierno la aceptaría. Si no la donan, la valla probablemente incluirá una cuenta de impuestos considerable, ya que en un avalúo reciente del condado de Hidalgo se determinó que el terreno tiene un valor de $20 millones de dólares. Fisher dijo que su empresa pelearía ese avalúo.
La última audiencia del tribunal relacionada con las demandas federales pendientes se llevó a cabo el 10 de septiembre.